El otro día estaba durmiendo tranquila y cómodamente en mi cada cuando un llamado a mi celular hizo cambiar mi ánimo (¿quién cuernos llama a las 15, en medio de la siesta?). Era Roberto Santulli, un antiguo compañero de parranda y cafeces en el parque industrial.
Resulta que el guachín ahora es el director de un Blog llamado Qué Onda?, y me invitó a participar del mismo dado mi alto intelecto y nivel cultural al que se llega sólo por ascensor, porque la escalera se rompió. Obviamente, mi sección será la política, de la que me nutro hace años.
Hoy estaba leyendo el siempre sincero (como nosostros de joda) diario online Infobae.com, y en una de esas encontré una nota que titulaba "A horas del paro, De Angeli reclamó que se eliminen totalmente las retenciones". ¡Juirá peyo!¡El poder al pueblo, el poder al pueblo!¡Oligarca, oligarca!
Después de hacer un curso intensivo para aprender a leer en español (me crié en Chile, de ahí a que no entienda un poroto y no se me entienda un socotrosky cuando parloteo), me digné a leer el contentido de la nota. En realidad parece que no fue tan así como titulaban, ubicándonos en el contexto de la Crisis en Wall Street, el futuro presidente habría pedido que se descontara impuestos a las ganancias en lugar de retenciones para no fustigar las producciones. ¡Genio, ídolo!¡Perón, Peróooon!
Ahora que mencioné la palabra, ¿se dice "Presidente" o "Presidenta"?. Yo creo que por el sustantivo pluscuamperfecto del antídoto gramático, la palabra justa para designar tal puesto sería "Gurú", o "Capitán", pero para que no nos confundamos con un barco que se hunde o con las tribus como los Emos o Floggers, le mandamos "presidente/a". ¡Se siente, se siente, Cumbio Presidente! ¿O presidenta? ¿Es un pibe o una mina? ¿Pero tiene novia, entonces es un pibe? ¿O es torta tortilla? ¿Y la tortilla es de papa?
Todos interrogantes que sólo se aclararan con el Plan de salvataje de Bush, o cuando Víctor Sueiro vuelva del otro lado.
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