jueves, 11 de marzo de 2010

¡Aleluya Santulli, aleluya!

"No tengo ganas de escribir, tengo ganas de perder el tiempo" le dije a Roberto Santulli, a lo que él respondió: "Esa es la actitud que buscamos en este no se qué, que qué se yo. ¡Estás contratado!"
En Qué onda? no te pagan bien, ni levantás minitas por decir que sos RE-DAC-TOR (¡oooooh! aplausos). Ni se te ocurra ponerlo en el curriculum porque te vas derechito a la "D".
Pero en fin... es esto o escribir para la revista [deter] gente.

Un amigo recién casado se fue con los amigotes de copas y le prometió a su mujer que iba a volver antes de la medianoche, pero la fiesta se extendió y se le hicieron las tres de la mañana. Llegó su casa y justo en ese momento el reloj da tres campanadas y él temiendo que su mujer se despierte, imitó las campanadas "dang, dang..." nueve veces más para que pensara que eran las doce de la noche.
A la mañana siguiente la mujer le preguntó a que hora había llegado.
Él le respondió: A las doce, mi amor.
Mirá, creo que vamos a tener que comprar otro reloj.
¿Por qué?, preguntó él .
Si, es que este debe estar roto.
Pero si da la hora perfectamente, contestó él.
Entonces ella le dijo: ¡Anoche, dio tres campanadas, hizo una pausa, dio otras cuatro campanadas, se puso a vomitar, dio tres campanadas más, se tiró un pedo, dio las dos últimas y se cago de la risa!

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