miércoles, 17 de marzo de 2010

Qué Onda? te enseña a vivir: "La fábula del Burro y el Gato"

Soy del Millo: Ortega, Fabbiani y Virginia Gallardo.

Otra ayuda de Qué Onda? en su segmento "Qué Onda? te ayuda a vivir". Hoy cocinamos con Martiniano Molina y Paco de "La vida es un juego" una fábula, "La Fábula del Burro y el Gato". Antes no sabías ni leer ni escribir, luego no sabías amortizar en el libro diario, pero ahora con Qué Onda? por lo menos y por lo más comenzas a saber vivir.

LA FÁBULA DEL BURRO Y EL GATO

En una granja aledaña a la quinta de Mauricio Macri vivían un burro y un gato que disfrutaban jugando juntos a la Play 3, la ruleta rusa y el Monopoly.

Un día, el burro cayó en una ciénaga y empezó a hundirse como Nazarena Vélez en TV. Al verse en peligro de muerte, le pidió al gatito que fuera a buscar al granjero para que lo ayudara. El felino corrió más veloz que Bolt hasta la granja; buscó y buscó al granjero, pero no lo encontró porque había salido hacia el pueblo con el único tractor disponible.

En una de esas, vio el nuevo BMW 523 inyection full del granjero. Como las llaves estaban adentro (los paisanos son así), el minino cargó una soga en el auto y arrancó, con la esperanza de salvar la vida de su amigo el burro. Llegó a la ciénaga; el burro se sorprendió y a la vez se alegró de ver a su amigo llegando con "Pose" de Daddy Yankee a todo volumen en el brillante BMW. Se las arregló para aferrarse a la soga que le tiró el gato. Después de atar el otro extremo en el paragolpes del auto, el gato puso primera y arrancó. Despacio y con la ayuda del poderoso auto, logró rescatar a su compañero.

Feliz y orgulloso, el gato devolvió el BMW a la granja, antes de que volviera el granjero. Ambos animales se convirtieron en los mejores amigos, como Ricky Fort, Silvina Escudero y Matías Ale.

Unas semanas más tarde, en una desgracia el gato cayó en un pozo bastante profundo; al parecer, al granjero le daba fiaca taparlos. A los maullidos limpios, llamó al burro para que lo ayudara. El burro pensó y pensó. Dio una vuelta al pozo, y no estaba borracho; luego, puso las patas delanteras en una orilla y las traseras en la otra, y le pidió al gato que se agarrara de su miembro y así podría sacarlo del pozo. El minino se agarró fuerte, fuerte y el burro dio un salto y pudo rescatarlo con éxito.

Moraleja: Si la tenes grande como el burro, no necesitas un BMW para levantar gatos.
Moraleja 2: El Gato con botas se hacía el capo cuando llovía.
Moraleja 3: Si sos un burro con BMW, cuidado con el chupi y los surtidores de nafta a la salida de Esperanto.

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